Cuidado de la piel en verano

Cuidado de la piel en verano

Con la llegada del verano aumentan las ganas disfrutar del aire libre y las buenas temperaturas. Como consecuencia, nuestra piel está más expuesta al sol, al cloro o la sal, elementos que pueden acarrear problemas para la salud y el aspecto de nuestra piel. Por eso, debemos prestar especial atención al cuidado de la piel en verano y mantener una correcta protección solar.

Aunque una correcta y moderada exposición solar cuenta con beneficios para nuestro organismo tanto a nivel físico como mental, también entraña una serie de riesgos para la salud si no se realiza en su justa medida y siempre con la protección adecuada.

Así es, la incidencia del sol sobre nuestra piel fomenta la producción de vitamina D, que contribuye a la absorción del calcio en los huesos. También ayuda a la remisión de problemas de piel como el acné y la psoriasis, a controlar los niveles de colesterol o disminuye la presión sanguínea, entre otros muchos beneficios.

A nivel psicológico, el sol es un eficaz antidepresivo, y produce una elevación del estado de ánimo al contribuir a aumentar la producción de serotonina, un neurotransmisor que produce sensación de bienestar. También nos mantiene más activos y despiertos al reducir los niveles de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño y de vigilia.

A continuación, os explicamos cómo disfrutar del verano y de los beneficios que nos aporta el sol de una forma segura, protegiendo y cuidando nuestra piel. Sigue leyendo para conocer todos los secretos para cuidar la piel en verano.

Cómo cuidar la piel en verano

Como hemos mencionado, si queremos lucir una piel radiante en verano debemos contrarrestar los efectos de las altas temperaturas, la mayor exposición al sol y los efectos del cloro y la sal.

Para lograrlo y realizar un buen cuidado de la piel durante el verano deberás prestar atención a tres pilares fundamentales: protección, hidratación y regeneración.

¿Por qué protegernos del sol?

En verano, en especial durante las horas centrales del día, es esencial proteger la piel de los rayos solares ultravioleta (UV). El motivo es que una exposición excesiva a la luz solar, puede causar eritema solar (quemaduras en la piel), envejecimiento prematuro de la piel, reacciones fotoalérgicas o fototóxicas, e incluso mutaciones genéticas como el melanoma (cáncer de piel).

Además, hay que tener en cuenta ciertos factores que influyen en la cantidad de rayos ultravioleta que recibimos:

  • Durante las horas centrales del día los rayos UV alcanzan su potencia máxima.
  • Permanecer a la sombra reduce la exposición a rayos UV al menos un 50%.
  • Las nubes ligeras no nos protegen del sol. Mucho cuidado con esos días ligeramente nublados, que nos pueden llevar a engaño y hacernos bajar la guardia. Debes saber que casi el total de los rayos UV atraviesan las nubes ligeras.
  • No en la misma medida que la nieve, pero la arena también refleja un porcentaje considerable de rayos UV.
  • El agua no nos protege del sol. Aunque en cantidad algo menor que en la superficie, los rayos UV del sol penetran también en el agua. Por lo tanto, es importante usar cremas solares resistentes al agua, volver a aplicar al menos cada 2 horas y no confiarnos con la sensación de frescor que nos proporciona el agua.

Por esto, es imperativo el uso de crema solar para proteger nuestra piel en verano. Además, es necesario elegir una crema solar adecuada para nuestra piel, que nos proporcione una protección óptima. A continuación, te contamos cómo.

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